Rondalera
promueve el quehacer literario, desde el trabajo diario en aula de clases, así
como mediante la implementación de diversas actividades a lo largo de todo el
año. Eventos como juglares K’fe, los talleres de poesía en primaria y los de narrativa en bachillerato, la adaptación de
textos para el teatro son un ejemplo claro de ello. En esta sección llamada Espacio Literario,
presentamos una muestra de esta producción. En el futuro, esperamos publicar
relatos y poemas de toda la comunidad rondaleriana
Ángeles Grises
Yo pinto ángeles grises, con
pesadas plumas de plata y plomo, entre bruma descolorida de relámpagos muertos.
Brillando con aura de mercurio evaporado y ojos de espejos sucios. Los pinto
entre danzas confusas de blanco y negro, como dioses cayendo al infierno,
divididos entre el bien y el mal, en el purgatorio eterno y etéreo. Despojados
de esencia divina. Los pinto grises porque es el color más humano, porque es el
color de la duda entre el alma y la razón. Porque es así que ellos cantan en
mis sueños. Humanos, pecadores… Verídicos. Porque hasta los ángeles caen.
Vanessa Lanz, 5to año.
Perdidamente
- Y me encuentro perdida en el
medio de un frondoso bosque, siguiendo en línea recta un camino de piedras...
-Cada paso que doy me recuerda los problemas que había causado , cargo heridas
que aún no han sanado....- Luego me detengo, me doy cuenta que no sólo estoy
perdida en un bosque, también perdida en
mis pensamientos....- Me desespero, aún no logro encontrar salida alguna de
éste lugar, no del bosque, de mi mente....- Siento una mezcla de emoción y
amargura...-Puede que no esté perdida en mi mente, puede que sea mis emociones
los cuales me pierden y me exilian de la realidad...- Tal vez no es un bosque real, tal vez es sólo un
sueño.
Laudy Rivas, 3er año.
Para un amor de otro mundo
La vida es un abrir y cerrar de
puertas constante, un inicio y un cierre de experiencias. Los finales siempre
son esperados, y aun así nos hacemos altas expectativas, la eternidad no existe
y muchos ya terminaron temporadas contigo. El final puede ser abrumador para
quienes quieren sincero, para los que esperan más de lo posible, para los que
sueñan. Nunca fui amante de lo eterno, nunca creí en los “para siempre”, pero
en algún momento empecé a desear…
¿Qué pedía? Que nuestro final se
alargara un poco más.
Porque realmente eres esa
historia que nunca empezó, fuiste el prólogo de un libro que nunca comencé a
leer y para poder terminarlo; para ponerle un final, necesitaba con ansias
leerte, disfrutarte, pasar mis dedos por tus páginas y trasnocharme
descubriéndote.
Por eso sigo ahí a tu lado,
aunque no me veas, ni me sientas. En tus memorias, en un marca libro, en la
mesa de un centro comercial donde compartimos una pizza, en esa foto que no te
gusta, porque no se te ve la cara; pero guardo con mucho cariño, por ser la
única que tenemos. Estoy a la izquierda de tu pecho, dónde laten los recuerdos
que más añoras. Estoy ahí, a un suspiro de ti. Estoy en todos esos sitios en
los cuales dejamos prendidos un pedacito de nuestra alma. Ahí donde sembramos
roces suaves y sinceros.
Estoy y estaré siempre que me quieras y necesites. Esperare
nuestro incierto reencuentro, mientras tomo café, mientras camino de la mano de
alguien, mientras me río al momento de un beso. Te esperaré, y te recordare
cada vez que mi alma te llame, porque para eso estamos por ahora… para
recordarnos y extrañarnos hasta que podemos empezar y vivir sin interrupciones,
y así poder finalizar nuestra historia, (Espero que no sea corta).
Te veo en otro universo.
Laura Mendoza, 5to año.
Mujer
Te pierdes en la oscuridad
abstracta de la noche, los días pasan y pasan… ¡Hace cuando que no te veo? Las
paredes sórdidas de esta caja me recuerdan cada instante junto a ti y no
olvido, no olvido, no olvido y me persigues. A veces te veo y no te veo, no sé
cuándo estás, cuándo no. Ayúdame… Ayúdame a olvidarte, porque solo la distancia
no me funciona, solo los muros, los laberintos, los espejos… no me funcionan.
Porque aún recuerdo tus labios sobre los míos y tu aroma junto a mí. Esta casa
está sumida en recuerdos, estoy encadenado a ella, por poco encadenado a ti, y
de esa manera me hundo y me hundo.
Enséñame… Enséñame a odiar ese
fuego tuyo que tanto me consumía. Porque solo el ácido de tus palabras no me
funciona, tus cortes, tus mordidas. Mis manos aún recuerdan pasearse por tu
cintura, tu cabello, largo como el tiempo. Porque han pasado cuatro años y sigo
en esto, estoy loco estoy loco, porque no hay explicación para esto, para nada
de lo que piense o haga. Como hacia el abismo, corro hacia el abismo, corro
hacia el abismo y nadie me detiene. Yo mismo debo detenerme, pero… las cadenas
me halan.
Demente, loco, zafado. Eso es lo
que soy ahora; te escucho, ¿Puedes créelo? Te escucho, mujer, en este cuarto,
ahora. ¿Qué pasa conmigo que olvide olvidarte?
Oblígame… ¡Oblígame a olvidarte!
Marcos Padilla, 4to
año.
Ítaca, los caminos malditos, la metáfora del fénix, y
mis estúpidos apegos.
"En la puerta de la vida, en el portal del aliento,
Hay cosas peores esperando por los hombres que la muerte;
La muerte no puede romper mi sonido ni a ti,
Mientras otros han separado tu alma de mí."
-Algernon
Charles Swinburne "El triunfo del tiempo".
Es el
principio de mi viaje, ante mí se abren horizontes infinitos, hay remolinos
bajo impenetrables cielos encapotados, e islotes bañados en cálida luz de luna.
Sigo mapas
incompletos de maestros desconocidos, retazos arrancados de tomos viejos
mordisqueados por las polillas, y piezas dudosas de biografías extensas
publicadas en internet. Busco entre las olas los caminos invisibles por los que
pasaron los grandes, antes de que mi existencia fuera soñada.
Amaría ser
como fueron ellos, hundirme en sus caminos, cambiar la historia y firmar al
final de la página, influenciar a futuros novatos como yo, moldearme como un
eslabón en la cadena de grandes autores, de infames atormentados, rodeados por
un círculo de mariposas negras.
Yo no soy así.
¿O sí?
A veces
desespero, recibo los besos ligeros de una demencia senil que no me
corresponde. Sueño sin dormirme, me muerdo las uñas, me duermo y no sueño.
Quizás si vivo igual que ellos, encontraré mis epifanías de luz negra, mis
revelaciones Dantescas.
Quiroga dice
que debes "Imitar, pero nunca copiar"... Que se joda Quiroga.
"Estrellas, oculten sus fuegos;
No permitan que su luz vea
Mis negros y profundos deseos".
- William Shakespeare
"Macbeth".
Poe era alcohólico.
Quizás yo deba ser alcohólica también. Beber durante
horas, destrozarme el hígado, corroerme por dentro, desinhibirme, reírme un
poco, posiblemente aprenda a escribir en el proceso... Unas horas y tragos
después, recuerdo que Poe murió como un vagabundo, arrastrándose por calles
sucias, eternamente ebrio y amargado. De repente ya no me parece tan buena
idea.
Maupassant
decía que veía fantasmas y apariciones. ¿Y si me compro una Ouija? También era
bastante promiscuo... Esta idea me gusta más. Quizás la Ouija no, he visto
demasiadas películas de horror como para caer en esa trampa. Luego, también me
doy cuenta de que mi misoginia me cierra la puerta del sexo, nadie me parece
suficiente, todos me aburren o me asquean, y el que no me aburre ni me asquea,
no me escribe. Me amargo un poco. Hasta que leo que Maupassant murió de
sífilis... Touché.
Necesito otro
autor.
¿Keats? Keats.
Éste me gusta, era una paria social, sentía que no era tan bueno como los
poetas que le gustaba leer, también era melancólico. Bien, tengo 3 de 3. Luego,
Wikipedia dice: "Sólo hacia el final de su efímera vida, cuando sentía
cerca la oscuridad de la muerte, fue capaz de producir sus poemas más
auténticos y memorables".
Quiroga se
suicidó, se enteró de que tenía cáncer, y bebió un vaso entero de cianuro.
No, por ahí no
es la vaina.
"Deja que el Amor abrace al Dolor, que sean ambos ahogados,
Deja que la oscuridad mantenga su brillo negro,
Ah, más dulce para embriagarse con la pérdida,
Para bailar con la Muerte, para vencer a la tierra."
- Lord Alfred Tennyson "In
memoriam A. H. H."
Ya no sé quién
soy, a veces siento que navego con una venda en los ojos. Como una retorcida
versión de la Justicia, pero yo no soy la Justicia, mi balanza está
desequilibrada aún, soy demasiado joven, demasiado ignorante, demasiado
ingenua. Olvidé dónde puse mi espada.
Me gusta
pensar que es así como deberían de ser las cosas, me reconforta, ninguna
primera historia es grandiosa, ninguna primera pintura es revolucionaria. Todos
aprendemos, nos golpeamos, mejoramos, morimos y revivimos mil veces, y cada vez
somos más sabios, más expertos.
Me gustaría
creer que soy un fénix, y que cada vez que renazco soy más fuerte.
Supongo
entonces, que, cuando llegue a Ítaca, estaré lista para lo que me depare,
espero no llegar demasiado pronto, pero hacerlo algún día, cuando esté harta
del salitre en mi cabello, de las luces y las sombras. Y de las sirenas.
Oh, he
olvidado hablar de las sirenas. Para esto también tengo una cita.
"No oso tocarle siempre, no sea que el beso
me abrase los labios. Sí, Señor, una breve dicha,
breve y amarga, halla uno en un gran pecado;
no obstante, Tú sabes qué cosa más dulce es."
- Algernon Charles Swinburne
"Laus Veneris".
Para mí, hasta
ahora, solo es una, un tritón con grandes ojos felinos, rematados con hermosas
irises de ámbar brillante, duras e impenetrables como una jaula, (A veces, si
lo veo mucho rato a los ojos, me encuentro brevemente con el pedazo de mi alma
que le pertenece, y me maldigo a mí misma mil veces por dejarme atrapar así).
Tengo que admitir, a pesar de mi orgullo, que a mí me gusta caer, regocijarme
en la gloria de mi blanca agonía, pura como el éxtasis.
Ahora me
enfrento con nuestra despedida… Dijiste:
“Marcharse con ganas de quedarse, el rompimiento”. ¿Por qué me haces esto? El
problema con este tema de las benditas sirenas es que tú no las dejas ir, ellas
te dejan a ti, y yo aún siento las manos de mi maldición atadas a mis tobillos,
hundiéndome en las profundidades de mis propios asuntos sin resolver.
No sé cómo
soltarme.
-
Vanessa.
A. Lanz. C. (¡NUWANDA!)
Ítaca, los caminos malditos, la metáfora del fénix, y mis estúpidos apegos.
Es el
principio de mi viaje, ante mí se abren horizontes infinitos, hay remolinos
bajo impenetrables cielos encapotados, e islotes bañados en cálida luz de luna.
No tengo esperanza
Cayendo en la inmensidad
De la corta vida
Oscura como la noche sin luz
Sigilosas al terminar el día
Olvidar lo demás
Y no recaer en la tentación
Más he de vivir con ansia
Y no sentar y morir.
Sentimiento ardiente
Al cuerpo fino asoma
Por entre venas rojas
Danzando notas sonoras.
Frente la eterna blanca
Redonda y transparente
Rememoro el vacío
Al perdurarme el dolor.
No tengo perdón
Más indago en lo que hablo
Versos al aire temerosos al sol
¿Busco bien?
Te escondes por entre bosques
Cansados de llanto
Te dejas y te sigo
Te busco y te pierdes
Entrecortada respiración
Con suspiros nerviosos
Que por mirar miro
Hasta el interior.
Y tú, esperanza
Que absorbes mi venganza
Que vives en mi interior
Y huyes de mi nombre.
Que por nombrar no nombras
Ni al amante más amado.
Me abandonaste
En los mares del olvido
Batir de alas escuche
Del pájaro cantor
Y al son del aullido aterrador
Penetras en mí ser.
Feliz encontré al fin
Corazón añoraba
Esperanza amada
En mi revives ya.
No somos uno
No somos dos
Tú eres sentimiento de esperanza
eterna
Y yo, cuerpo aterrador.
Alejandra Crespo, 2do
año.
Juegos
Jugar, no es solo algo de niños
Es una forma de vida…
El juego es vivir.
¿No has notado lo apagado de la gente?
¿La tristeza en el rostro ambulante?
Ellos dejaron de jugar
Y por ende, dejaron de vivir.
Me repugna que las lágrimas caigan
De rostros con esperanza.
Deseo que el juego se mantenga,
Que estés en mi grupo de juego
Así no juguemos lo mismo
Yo jugaré en tu equipo
Porque lágrimas en tus ojos no quiero ver
Te pido que juegues conmigo.
Victor Viscuña, 2do
año.
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