sábado, 4 de junio de 2016

Espacio Literario

Rondalera promueve el quehacer literario, desde el trabajo diario en aula de clases, así como mediante la implementación de diversas actividades a lo largo de todo el año. Eventos como juglares K’fe, los talleres de poesía en primaria y los  de narrativa en bachillerato, la adaptación de textos para el teatro son un ejemplo claro de ello.  En esta sección llamada Espacio Literario, presentamos una muestra de esta producción. En el futuro, esperamos publicar relatos y poemas de toda la comunidad rondaleriana


Ángeles Grises

Yo pinto ángeles grises, con pesadas plumas de plata y plomo, entre bruma descolorida de relámpagos muertos. Brillando con aura de mercurio evaporado y ojos de espejos sucios. Los pinto entre danzas confusas de blanco y negro, como dioses cayendo al infierno, divididos entre el bien y el mal, en el purgatorio eterno y etéreo. Despojados de esencia divina. Los pinto grises porque es el color más humano, porque es el color de la duda entre el alma y la razón. Porque es así que ellos cantan en mis sueños. Humanos, pecadores… Verídicos. Porque hasta los ángeles caen.
Vanessa Lanz, 5to año.


Perdidamente

- Y me encuentro perdida en el medio de un frondoso bosque, siguiendo en línea recta un camino de piedras... -Cada paso que doy me recuerda los problemas que había causado , cargo heridas que aún no han sanado....- Luego me detengo, me doy cuenta que no sólo estoy perdida en  un bosque, también perdida en mis pensamientos....- Me desespero, aún no logro encontrar salida alguna de éste lugar, no del bosque, de mi mente....- Siento una mezcla de emoción y amargura...-Puede que no esté perdida en mi mente, puede que sea mis emociones los cuales me pierden y me exilian de la realidad...- Tal vez  no es un bosque real, tal vez es sólo un sueño.
Laudy Rivas, 3er año.


Para un amor de otro mundo

La vida es un abrir y cerrar de puertas constante, un inicio y un cierre de experiencias. Los finales siempre son esperados, y aun así nos hacemos altas expectativas, la eternidad no existe y muchos ya terminaron temporadas contigo. El final puede ser abrumador para quienes quieren sincero, para los que esperan más de lo posible, para los que sueñan. Nunca fui amante de lo eterno, nunca creí en los “para siempre”, pero en algún momento empecé a desear…

¿Qué pedía? Que nuestro final se alargara un poco más.

Porque realmente eres esa historia que nunca empezó, fuiste el prólogo de un libro que nunca comencé a leer y para poder terminarlo; para ponerle un final, necesitaba con ansias leerte, disfrutarte, pasar mis dedos por tus páginas y trasnocharme descubriéndote.

Por eso sigo ahí a tu lado, aunque no me veas, ni me sientas. En tus memorias, en un marca libro, en la mesa de un centro comercial donde compartimos una pizza, en esa foto que no te gusta, porque no se te ve la cara; pero guardo con mucho cariño, por ser la única que tenemos. Estoy a la izquierda de tu pecho, dónde laten los recuerdos que más añoras. Estoy ahí, a un suspiro de ti. Estoy en todos esos sitios en los cuales dejamos prendidos un pedacito de nuestra alma. Ahí donde sembramos roces suaves y sinceros.

Estoy y estaré siempre que me quieras y necesites. Esperare nuestro incierto reencuentro, mientras tomo café, mientras camino de la mano de alguien, mientras me río al momento de un beso. Te esperaré, y te recordare cada vez que mi alma te llame, porque para eso estamos por ahora… para recordarnos y extrañarnos hasta que podemos empezar y vivir sin interrupciones, y así poder finalizar nuestra historia, (Espero que no sea corta).

Te veo en otro universo.
Laura Mendoza, 5to año.


Mujer

Te pierdes en la oscuridad abstracta de la noche, los días pasan y pasan… ¡Hace cuando que no te veo? Las paredes sórdidas de esta caja me recuerdan cada instante junto a ti y no olvido, no olvido, no olvido y me persigues. A veces te veo y no te veo, no sé cuándo estás, cuándo no. Ayúdame… Ayúdame a olvidarte, porque solo la distancia no me funciona, solo los muros, los laberintos, los espejos… no me funcionan. Porque aún recuerdo tus labios sobre los míos y tu aroma junto a mí. Esta casa está sumida en recuerdos, estoy encadenado a ella, por poco encadenado a ti, y de esa manera me hundo y me hundo.

Enséñame… Enséñame a odiar ese fuego tuyo que tanto me consumía. Porque solo el ácido de tus palabras no me funciona, tus cortes, tus mordidas. Mis manos aún recuerdan pasearse por tu cintura, tu cabello, largo como el tiempo. Porque han pasado cuatro años y sigo en esto, estoy loco estoy loco, porque no hay explicación para esto, para nada de lo que piense o haga. Como hacia el abismo, corro hacia el abismo, corro hacia el abismo y nadie me detiene. Yo mismo debo detenerme, pero… las cadenas me halan.

Demente, loco, zafado. Eso es lo que soy ahora; te escucho, ¿Puedes créelo? Te escucho, mujer, en este cuarto, ahora. ¿Qué pasa conmigo que olvide olvidarte?

Oblígame… ¡Oblígame a olvidarte!
Marcos Padilla, 4to año.


Ítaca, los caminos malditos, la metáfora del fénix, y mis estúpidos apegos.

"En la puerta de la vida, en el portal del aliento,
Hay cosas peores esperando por los hombres que la muerte;
La muerte no puede romper mi sonido ni a ti,
Mientras otros han separado tu alma de mí."
 -Algernon Charles Swinburne "El triunfo del tiempo".
Es el principio de mi viaje, ante mí se abren horizontes infinitos, hay remolinos bajo impenetrables cielos encapotados, e islotes bañados en cálida luz de luna.
Sigo mapas incompletos de maestros desconocidos, retazos arrancados de tomos viejos mordisqueados por las polillas, y piezas dudosas de biografías extensas publicadas en internet. Busco entre las olas los caminos invisibles por los que pasaron los grandes, antes de que mi existencia fuera soñada.
Amaría ser como fueron ellos, hundirme en sus caminos, cambiar la historia y firmar al final de la página, influenciar a futuros novatos como yo, moldearme como un eslabón en la cadena de grandes autores, de infames atormentados, rodeados por un círculo de mariposas negras.
Yo no soy así. ¿O sí?
A veces desespero, recibo los besos ligeros de una demencia senil que no me corresponde. Sueño sin dormirme, me muerdo las uñas, me duermo y no sueño. Quizás si vivo igual que ellos, encontraré mis epifanías de luz negra, mis revelaciones Dantescas.
Quiroga dice que debes "Imitar, pero nunca copiar"... Que se joda Quiroga.

"Estrellas, oculten sus fuegos;
No permitan que su luz vea
Mis negros y profundos deseos".

- William Shakespeare "Macbeth".
Poe era alcohólico. Quizás yo deba ser alcohólica también. Beber durante horas, destrozarme el hígado, corroerme por dentro, desinhibirme, reírme un poco, posiblemente aprenda a escribir en el proceso... Unas horas y tragos después, recuerdo que Poe murió como un vagabundo, arrastrándose por calles sucias, eternamente ebrio y amargado. De repente ya no me parece tan buena idea.
Maupassant decía que veía fantasmas y apariciones. ¿Y si me compro una Ouija? También era bastante promiscuo... Esta idea me gusta más. Quizás la Ouija no, he visto demasiadas películas de horror como para caer en esa trampa. Luego, también me doy cuenta de que mi misoginia me cierra la puerta del sexo, nadie me parece suficiente, todos me aburren o me asquean, y el que no me aburre ni me asquea, no me escribe. Me amargo un poco. Hasta que leo que Maupassant murió de sífilis... Touché.
Necesito otro autor.
¿Keats? Keats. Éste me gusta, era una paria social, sentía que no era tan bueno como los poetas que le gustaba leer, también era melancólico. Bien, tengo 3 de 3. Luego, Wikipedia dice: "Sólo hacia el final de su efímera vida, cuando sentía cerca la oscuridad de la muerte, fue capaz de producir sus poemas más auténticos y memorables".
Quiroga se suicidó, se enteró de que tenía cáncer, y bebió un vaso entero de cianuro.
No, por ahí no es la vaina.

"Deja que el Amor abrace al Dolor, que sean ambos ahogados,
Deja que la oscuridad mantenga su brillo negro,
Ah, más dulce para embriagarse con la pérdida,
Para bailar con la Muerte, para vencer a la tierra."

- Lord Alfred Tennyson "In memoriam A. H. H."
Ya no sé quién soy, a veces siento que navego con una venda en los ojos. Como una retorcida versión de la Justicia, pero yo no soy la Justicia, mi balanza está desequilibrada aún, soy demasiado joven, demasiado ignorante, demasiado ingenua. Olvidé dónde puse mi espada.
Me gusta pensar que es así como deberían de ser las cosas, me reconforta, ninguna primera historia es grandiosa, ninguna primera pintura es revolucionaria. Todos aprendemos, nos golpeamos, mejoramos, morimos y revivimos mil veces, y cada vez somos más sabios, más expertos.
Me gustaría creer que soy un fénix, y que cada vez que renazco soy más fuerte.
Supongo entonces, que, cuando llegue a Ítaca, estaré lista para lo que me depare, espero no llegar demasiado pronto, pero hacerlo algún día, cuando esté harta del salitre en mi cabello, de las luces y las sombras. Y de las sirenas.
Oh, he olvidado hablar de las sirenas. Para esto también tengo una cita.

"No oso tocarle siempre, no sea que el beso
me abrase los labios. Sí, Señor, una breve dicha,
breve y amarga, halla uno en un gran pecado;
no obstante, Tú sabes qué cosa más dulce es."

- Algernon Charles Swinburne "Laus Veneris".
Para mí, hasta ahora, solo es una, un tritón con grandes ojos felinos, rematados con hermosas irises de ámbar brillante, duras e impenetrables como una jaula, (A veces, si lo veo mucho rato a los ojos, me encuentro brevemente con el pedazo de mi alma que le pertenece, y me maldigo a mí misma mil veces por dejarme atrapar así). Tengo que admitir, a pesar de mi orgullo, que a mí me gusta caer, regocijarme en la gloria de mi blanca agonía, pura como el éxtasis.
Ahora me enfrento con nuestra despedida…  Dijiste: “Marcharse con ganas de quedarse, el rompimiento”. ¿Por qué me haces esto? El problema con este tema de las benditas sirenas es que tú no las dejas ir, ellas te dejan a ti, y yo aún siento las manos de mi maldición atadas a mis tobillos, hundiéndome en las profundidades de mis propios asuntos sin resolver.
No sé cómo soltarme.
-           Vanessa. A. Lanz. C. (¡NUWANDA!)


No tengo esperanza

Cayendo en la inmensidad
De la corta vida
Oscura como la noche sin luz
Sigilosas al terminar el día
Olvidar lo demás

Y no recaer en la tentación
Más he de vivir con ansia
Y no sentar y morir.
Sentimiento ardiente
Al cuerpo fino asoma
Por entre venas rojas
Danzando notas sonoras.

Frente la eterna blanca
Redonda y transparente
Rememoro el vacío
Al perdurarme el dolor.

No tengo perdón
Más indago en lo que hablo
Versos al aire temerosos al sol
¿Busco bien?
Te escondes por entre bosques
Cansados de llanto
Te dejas y te sigo
Te busco y te pierdes
Entrecortada respiración
Con suspiros nerviosos
Que por mirar miro
Hasta el interior.

Y tú, esperanza
Que absorbes mi venganza
Que vives en mi interior
Y huyes de mi nombre.
Que por nombrar no nombras

Ni al amante más amado.
Me abandonaste
En los mares del olvido
Batir de alas escuche
Del pájaro cantor
Y al son del aullido aterrador
Penetras en mí ser.

Feliz encontré al fin
Corazón añoraba
Esperanza amada
En mi revives ya.
No somos uno
No somos dos
Tú eres sentimiento de esperanza eterna
Y yo, cuerpo aterrador.

Alejandra Crespo, 2do año.


Juegos



Jugar, no es solo algo de niños
Es una forma de vida…
El juego es vivir.
¿No has notado lo apagado de la gente?
¿La tristeza en el rostro ambulante?
Ellos dejaron de jugar
Y por ende, dejaron de vivir.
Me repugna que las lágrimas caigan
De rostros con esperanza.
Deseo que el juego se mantenga,
Que estés en mi grupo de juego
Así no juguemos lo mismo
Yo jugaré en tu equipo
Porque lágrimas en tus ojos no quiero ver
Te pido que juegues conmigo.


Victor Viscuña, 2do año.

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